Lo acontecido en estos últimos días es una situación que nos preocupa a todos, pero no sigamos buscando culpables, es hora de ponernos la camiseta y desde todos los escenarios, tanto políticos, económicos y sociales, hacer un llamado a la UNIDAD, al consenso y al diálogo para encontrar soluciones de fondo a esta crisis que estamos atravesando.
En momentos difíciles que aún sorteamos con la pandemia del Covid-19, al ver partir a diario a familiares y grandes amigos, y a raíz de la grave situación de orden público que vivimos se necesita urgentemente de la cooperación de todos.
Con respecto a las manifestaciones que se vienen llevando a cabo en todo el país, quiero expresar que yo defiendo el derecho fundamental que tienen todos nuestros ciudadanos a la protesta y a la movilización pacífica y democrática, lo que no comparto es la situación de violencia y orden público que se ha presentado y que al final termina afectando el comercio, los bienes de la Nación y a quienes con su esfuerzo deciden emprender. ¿Quién les responde a estas personas cuando les destrozan sus negocios, sus empresas?
El país no necesita más polarización ni más vandalismo. Yo rechazo rotundamente los asesinatos que han ocurrido en estas manifestaciones. Me duele la muerte de cada una de estas personas, de policías, me duelen los heridos, así como también me duele que crean que con violencia se solucionan los problemas. Durante los últimos años aprendimos que la violencia lo que genera es más violencia.
También es imperativo mencionar que el actuar de la Fuerza Pública debe mermar: no pueden seguir los asesinatos, las desapariciones o las violaciones por parte de algunos uniformados que desconocen el respeto por los derechos humanos en el marco de las marchas.
Como bien lo recuerda la ONU, el marco normativo que rige el empleo de la fuerza incluye principios de legalidad, precaución, necesidad, proporcionalidad y rendición de cuentas.
Hoy el consenso de todos los sectores debe girar principalmente en superar la grave situación económica, de desempleo y pobreza cuyas estadísticas, así como la realidad, lo demuestran.
Para el mes de marzo de 2021, según el DANE, “la tasa de desempleo fue de 14,2%, lo que representó un aumento de 1,6 puntos porcentuales comparado con el mismo mes del 2020 (12,6%). La tasa de desempleo en el total de las 13 ciudades y áreas metropolitanas fue 16,8%, lo que significó un aumento de 3,4 puntos porcentuales comparado con marzo de 2020 (13,4%)”.
Aquí hoy quiero hacer un llamado a la cordura y a la sensatez, las vías de hecho no son el camino. Colombia es de todos y debemos estar por encima de la violencia. Hay que desistir de los bloqueos, pues esto lo único que hace es agravar la crisis de salud pública que vivimos no solo en Colombia, sino a nivel mundial por la pandemia global, y afectar el trabajo, la seguridad alimentaria y el sustento diario de muchas familias colombianas.
Como congresista invito también a rodear y apoyar a todos nuestros entes territoriales (tanto locales como departamentales), mediar para que las protestas se desarrollen en el marco del respeto y la tolerancia.
En estos momentos donde los contagios por Covid-19 siguen en aumento, y todos los colombianos hemos sufrido de los nefastos efectos por este virus, el auto cuidado debe seguir siendo una prioridad para salvaguardar la vida de nuestras familias; así como el cuidado a los empleos y a la calidad de vida de los colombianos. Esta es la única manera de avanzar como país, busquemos entre todos una salida pacífica a este momento. Que por encima de todo respete la vida de todas y de todos.
Ya no más violencia. Hago un llamado a la calma, a la prudencia. La protesta pacífica es la que debe ganar. Las diferencias no nos pueden dividir y nuestra lucha debe seguir centrada en acabar las inequidades que tenemos en nuestro país.
